Los chinos tienen muy en cuenta la historia de una casa antes de trasladarse a ella e intentan informarse acerca de la vida de los
anteriores residentes. Creen que su destino se verá afectado por la casa, igual que afectó a los residentes anteriores, y tratan de
ponerse en su piel, ya que en el transcurso de dos o tres años creen que la casa les habrá afectado al punto de adoptar hábitos similares
y repetir su fortuna o desgracia. Cuando van a comprar una casa tienen en cuenta el tipo de sufrimiento o penalidades que han vivido
los anteriores residentes -si ha habido divorcios, problemas legales, de salud, económicos...- e intentan adquirir una en la que los
anteriores residentes hayan sido prósperos y felices. En muchos casos, desconfían de las casas «chollo» porque imaginan que algo
terrible ha debido ocurrir allí, para que su precio esté devaluado.
Claro que el entorno no es la causa de todos nuestros males, ya que en la gestación de nuestros padecimientos hay otros muchos
factores implicados, pero al menos con esta práctica informativa y de observación se pueden evitar algunas influencias que no nos son
favorables. La historia de la casa es algo a tener en cuenta, sobre todo en cuanto a las incidencias que hayan podido tener en los
anteriores residentes, por sus desequilibrios estructurales o debido a la nocividad de las corrientes telúricas; otros aspectos son más
fácilmente resolubles o neutralizables...MRF
jueves, 5 de noviembre de 2009
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